lunes, agosto 15, 2005

 

¿Punto en común o punto de no retorno?

Esto es una continuación de un relato de Miguel Casañas, un viejo amigo con el que comparto, entre otras cosas, la afición por escribir y por contar historias que quizá sólo pasaron por nuestra mente. La primera parte es El renacimiento de la Tierra.

Comencemos la segunda parte.

¿Punto en común o punto de no retorno?


De nuevo un primer ingeniero en la Tierra


No era la primera vez que pasaba, pero es un hecho del que ningún obrero se había preocupado por explorar, había nacido un niño especial. Probablemente en esos cuarenta y tantos años que habían pasado desde el éxodo, algún niño con dotes de ingeniero habría nacido ya, pero nadie se percató.

Este chico se crió en un ambiente duro, desde que no había ingenieros el nivel de vida en la Tierra había bajado considerablemente. Mientras se producía la pérdida tecnológica, el odio hacia aquello que los obreros consideraban que procedía de los ingenieros iba en aumento, eso provocó decisiones absurdas como la de olvidar el sistema de identificación personal numerada y volver al antiguo de nombre y apellidos , en desuso desde finales del siglo XXII.

Quizá el ser humano esté predestinado a superarse, quizá sólo fuera el nieto de un ingeniero que nunca fue identificado, pero al llegar a la edad de 16 años ese chico imberbe de mirada profunda se dio cuenta de que era distinto a los demás. Tuvo miedo, no podía permitir sacar a la luz sus aficiones a la lectura, a la investigación o a tratar de conocer las razones de la conducta humana. Eso no significa que los obreros fueran crueles, ¿que harías tú si tu compañero simbiótico te abandonara? ¿Le odiarías?

Él no quería ser odiado, hizo de su vida adolescente un secreto, esperaba que se pasara, que con la edad se volviera "normal", pero eso no sucedió. Al llegar a una cierta madurez, los 25 años de edad eran considerados madurez dada la nueva esperanza de vida, se dio cuenta de que aunque era el más dotado de los que conocía. Había otros que compartían un cierto interés por las cosas del pasado, por el arte unos, por la ciencia otros. Poco a poco se organizaron y aunque nunca llegarían a ver un esplendor como el de antaño, quizá pusieran de nuevo una piedra en el camino, ¿en la misma dirección? Sería una posibilidad entre todas las posibilidades.

Un niño obrero en Marte


Éste llegó antes que el niño terrícola, quizá el ser humano también es capaz de acostumbrarse y volverse conformista cuando tiene una vida fácil. Desde joven se veía que no valía para comprender el alto nivel de abstracción que se requería para ser ingeniero, pero nadie estaba seguro de si sería de la misma categoría de aquellos que se habían quedado en la Tierra. Surgió la duda ¿qué hacemos con él? ¿Volvemos a crear un grupo que fue el lastre de la civilización?

No quedó más remedio, se le trató de "ignorar" pero pronto dejó de ser uno para ser parte de un grupo relativamente numeroso, al que los ingenieros pronto les buscaron una labor, nunca fueron partidarios de que la gente no trabajase para ganarse la vida, aún cuando no fuera necesario. Ese grupo no fue maltratado, aunque se sentían extraños y empezaban a sentir un cierto recelo de sus compañeros ingenieros, que eran los que ordenaban, a pesar de que eran sus hermanos.

Nadie se asustó cuando de parejas obreras o mixtas, sí, ese era el argot, llegaron nuevos ingenieros, no de todas las parejas, pero sí de algunas. Esos nuevos ingenieros eran extraídos de sus familias para una educación diferente, el mismo método que había causado el distanciamiento entre ambas sociedades en el planeta azul.

¿Estamos sólos?


Un par de siglos después de todo esto, una ingeniera en Marte y otra en la Tierra se dieron cuenta de algo raro. La primera se dio cuenta de quizá no era la primera vez que se abandonaba un mundo por otro nuevo, la sociedad que había nacido en Marte era muy parecida a la que nombraban los libros de historia. Ahora en Marte se hablaba de la posibilidad de colonizar otros planetas y abandonar el plantea rojo en previsión de una guerra civil.

La chica de la Tierra se dio cuenta de que ya había rastro de algunas obras que serían irrepetibles por la escasez de recursos de la Tierra, se dio cuenta de que jamás podrían volver a aquel esplendor ya que no disponían de los materiales ni posibilidades de los anteriores habitantes, quizá, si en algún momento pudieran ser ayudados por extraterrestres... Pero eso era difícil, no se había detectado vida más allá de la Tierra y que una civilización de un par de siglos anteriores desapareciera de repente no significaba que hubieran volado al espacio, eso era sólo ciencia ficción.
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Mientras me lo piense, todos los derechos reservados salvo autorización expresa ;)


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